viernes, febrero 17, 2012

Enero 2012

Llevo un mes feliz.

No quiero decirlo muy alto, no sea que se rompa el hechizo...

Llevo un mes feliz, desconcertante también, intenso...

Intentando relajarme, intentando romper los muros que yo misma he construido, los que me han protegido, y me han permitido seguir adelante a pesar... A pesar de todo...

Y está costando.

Mi corazón se ha acostumbrado a latir suave, para no sentir.

A replegarse cuando alguien intentaba acercarse demasiado, para no sufrir.

A esconderse detrás de la ironía y el sarcasmo, para no mostrar.

Y ahora se estremece con cada ladrillo que cae, y se esconde un poco, asustado por la luz, y se encoge, por que siente el aire fresco por primera vez en mucho tiempo y ya no lo conoce.

Luego asoma un poco, con curiosidad por ver que hay fuera...

Pero aún no he conseguido que quiera salir, ni que deje de temblar y esconderse cada vez que oye una palabra amable, o siente el calor de un abrazo.

Tendría que pedir perdón a todos aquellos que alejé de mi lado, por sentirme incomprendida, por estar en construcción, porque seguir cerca de ellos me hacia sentir aún más sola... Y me alejé sin siquiera avisarles, sin darles una oportunidad, sin explicarles...

Pero aún no sé si conseguiré salir, ni soy la misma que entonces, ni cuánto durará...

Llevo un mes feliz... Y no acabo de creérmelo.