domingo, diciembre 31, 2006

Incertidumbre

Supongo que son las fechas las que incitan a hacer balance, a plantearse nuevos objetivos, a mirar a un tiempo hacia el futuro y hacia el pasado. En eso estaba esta mañana, cuando he descubierto que estoy subida en una columna, con el vacío rodeándome por todas partes... no sé de donde vengo, el camino se ha borrado, y mucho menos sé a dónde voy... porque no hay más camino... Delante de mi se abre el abismo, en todas direcciones. Al menos parece que sé dónde estoy... aunque tampoco lo afirmaría con seguridad. No me agobia la duda de no saber que camino elegir, me agobia sentir que no hay camino. Y eso que últimamente parece que estoy recuperando la capacidad de hacer planes, y casi puedo ver la silueta, semitransparente, de un par de caminos saliendo de mis pies... que se difumina pocos metros más allá... A ver si el 2007 dibuja alguna senda, aunque sólo sea una, hacia la que dirigir mis pasos con seguridad... sabiendo qué persigo... y qué tengo que hacer para conseguirlo. Feliz año nuevo a todos... y que encontréis vuestro camino.

miércoles, diciembre 13, 2006

Esfuerzo

Avanzo cada vez más despacio. El aire es gelatinoso. Es difícil iniciar cada movimiento. Y se está espesando aún más. Me extraña que no me cueste respirar en un ambiente tan denso. La gravedad ha aumentado. Cada paso es una carga. Veo un papel en el suelo, un papel arrugado. También empiezo a pensar despacio. Pienso que debo recogerlo. Tirarlo a la papelera. Imagino lo que va a costarme agacharme. Extender el brazo. Estirar los dedos. Asir el papel, levemente. Imagino el esfuerzo descomunal de incorporarme de nuevo. Siento la presión en las rodillas. La tensión de los músculos antes de ponerse en marcha. Demasiada tensión, no sé si lo soportarán. Podría girar la cintura, apoyarme en esa mesa... eso supone más movimientos, más esfuerzo. Aguanto la respiración. Me incorporo despacio, sufriendo. Mis rodillas están a punto de explotar. Pero ya queda muy poco para estar erguida otra vez. Siento un peso aún mayor sobre mi cabeza. El aire es más espeso. Me muevo en un líquido consistente. Luchando cada centímetro. Un impulso más. Lo siento escapar entre mis dedos. Lo veo caer, en un abismo infinito. Está de nuevo sobre la moqueta. Arrugado. Como al principio. Y cada vez tengo las fuerzas más mermadas. Imagino todo esto mientras camino hacia el papel arrugado. Debería recogerlo. Lo pienso mientras sorteo el papel para no pisarlo. Sí, quizá debí recogerlo. Pero era tan cansado...

lunes, diciembre 11, 2006

Disfrutando del cielo

Os voy oyendo hablar, pero hace rato que no pongo mucha atención, voy atrás en el coche, mirando por la ventanilla, reconciliándome con Orión, con Casiopea, escuchando la música,... de vez en cuando veo tus ojos en el retrovisor, buscas mi mirada... me acerco más a la ventana, allí no me ves. Y lloro en silencio, recordando, pensando en mi vida, en la gente que ha pasado por mi lado, en los momentos que no van a volver, en lo deprisa que pasa el tiempo cuando estás a gusto, en el futuro, incierto futuro... la música me ha hecho pensar... maldita música... y el viaje en coche, siempre me hacen pensar los viajes en coche, y las estrellas... cuánto tiempo sin ver las estrellas... Al llegar me preguntas si me he dormido... parecía que iba encogida en aquel rincón... Dudo... y sonrío... “No, solo iba disfrutando del cielo...”

Volviendo a la realidad

Este puente huí de Madrid, buscando el horizonte. Lo encontré entre un mar inmenso y un cielo más azul de lo que lo recordaba. Descubrí el invierno, suave invierno, eso sí, en una ciudad que solo conocía en un cálido otoño... tan cálido que parecía verano. Me reencontré con las estrellas, y me saludaron como si hiciera sólo dos noches que no nos veíamos. Apenas tres días, casi cuatro, casi dos... pero ha habido tiempo para todo. Tengo un recuerdo cálido de todo el puente, como el ambiente de una cocina cuando la madre prepara la comida... Recuerdo con cariño cada minuto, las excursiones por la isla, los paseos viendo llover, las mañanas tranquilas en casa, los ratos jugando, las horas hablando, la exposición de pintura, el concierto... Estoy todavía abrumada por el cariño, intentando ordenar las ideas, repasando las fotos, pensando en cuando volveremos a encontrarnos, intentando apresar cada instante para que no se pierda en el olvido, volviendo a la vida cotidiana...