jueves, julio 24, 2008

Vivir a oscuras

De vez en cuando el mundo cierra todas las puertas a nuestro alrededor. Buscamos esperanzados otra salida, alguna ventana por sucia y polvorienta que esté, apenas un poco de luz que nos guíe hacia lugares más amables, menos dolorosos... Pero, a veces, simplemente todas las puertas están cerradas, y después de luchar con ellas, de intentar abrirlas, decidimos, agotados, que quizá ya no hay más luz. Que quizá llega un momento en que hay que vivir a oscuras, en que hay que conformarse con avanzar despacio por la bruma de los días, en que los segundos pasan lentos y los meses veloces, y los años se convierten rápidamente en un recuerdo fugaz. Y mientras, nos balanceamos a merced de la vida, como barco que ha perdido el rumbo y no sabe por donde seguir... Quizá, algún día, volvamos a ver un poco de luz, quizá algún día las puertas se puedan abrir, quizá se caigan de viejas... quizá...

4 comentarios:

Alfredo J. Liebana Rado dijo...

Cuando vuelve la luz, la bruma se disipa incluso en el recuerdo. Nunca seremos lo suficientemente agradecidos con la selectividad de nuestra memoria.

Oscar dijo...

Yo no diría quizá, yo diría seguro que la luz volverá a llenar ese espacio oscuro.

Noviembre todavía dijo...

Gracias a los dos por pasaros por aqui, y gracias, Oscar, por traer tu optimismo contigo.

Alfredo J. Liebana Rado dijo...

¿Qué pasa, ya no estamos en noviembre?