miércoles, octubre 11, 2006

Ha vuelto a llover

Ha vuelto a llover en la ciudad.
Parece que el otoño, por fin, quiere dejarse ver.
La lluvia incita a la melancolía, al recogimiento, a la poesía, a quedarse en casa tomando una taza de cola-cao, leyendo un buen libro, mientras escuchas las gotas golpear la ventana.
Hoy me he decidido por "El zahir" de Paulo Coelho. Me ha llevado de viaje por París, he caminado por los Campos Elíseos de la mano del escritor, en la que quiere ser su novela más autobiográfica.
Me ha gustado. El estilo es distinto que en otras ocasiones, más periodístico, con menos olor a fábula. Pero se lee bien, aunque deje menos huella.
Me ha llamado la atención una institución de la que habla constantemente: "el banco de favores". Un nombre bonito para lo que comunmente llamamos contactos, y que la sabiduría popular resume en una frase:
Hoy por ti, mañana por mi
Y me ha sorprendido el uso que hace de él.
El término "banco" absorbe a "favores" y lo contagia de mercantilismo. El protagonista invierte en favores para luego tener crédito... que le deban favores.
Está bien, no confío en que el ser humano actúe por altruismo. Me quedo como poco en que cuando hacemos algo por los demás es, sobre todo, por sentirnos bien con nosotros mismos, por no tener que oír a nuestra bendita conciencia.
Pero que solo hagamos favores pensando en cobrarlos... fiuuu, me hace quedarme intranquila.
No es el tema central del libro, ni creo que quiera serlo. Pero merece cuando menos una reflexión.
¿Somos tan inhumanos? ¿o tan humanos? ¿Actuamos siempre pensando en que nos van a deber un favor?
Quiero creer que no...
... espero que no...
... confío en que no...
Ya no oigo llover... quizá todavía no llegue el otoño.

3 comentarios:

Alfredo J. Liebana Rado dijo...

Te vas a reír, pero encuentro que se trata de una reflexión típicamente católica. Por supuesto que todo lo que hacemos tiene, como mínimo, el interés de que nos haga sentirnos bien con nosotros mismos. Pero, ¿qué hay de malo en ello? ¿Cuál es el problema?

La diferencia está en si lo hacemos por otros intereses más, digamos, pragmaticos, ese banco que define Coelho (perdona que aún no me haya leído este mismo libro que citas, que tan generosamente nos regalaste) Por cierto, otro paréntesis, en Mallorca funcionamos así, no sabes la de cosas que puedes conseguir si conoces a la gente adecuada, y les vendes una imágen de ser alguien valioso, por lo menos potencialmente. Puedes venir en nombre de una multinacional y ponerle a M*ch**l D**gl*s un montón de dinero sobre la mesa para que te preste su casa, no te la cederá, pero quizás consigas más que eso, por menos dinero, si hablas con su jardinero. (le interesa tener contento a su jardinero, es buen profesional, y discreto...)

Me encanta invitarte a casa porque, ante todo, disfruto de tu compañía. Si fueras una plasta, quizá no insistiría tanto. Pero si no sintiera ni una pizca de simpatía hacia tí, por mucho que me ofrecieras a cambio, ni me lo plantearía. Eso es lo valioso. Que no puedes comprarme con lo material. Me compras con tu encanto.

Con amor

PEPE LE MOKO

Noviembre todavía dijo...

Ay, los ateos, siempre pensando en la iglesia y la moral católica...
No me has leído bien, no creo que esté mal hacer favores para sentirse bien con uno mismo, pero me asusta pensar que se hagan solo como un intercambio, porque ¿y si no tienes nada que ofrecer? te quedas fuera...

No, la vida no puede funcionar sólo así, no en todos los ámbitos, no como una institución... tenemos que volver a ser personas.

Anónimo dijo...

Visto desde ese punto de vista tan cristiano, no puedo más que solidarizarme con tu preocupación. Para tu consuelo, todos tenemos una cosa que ofrecer, por lo menos: nuestro amor. Es un valor que no cotiza al alza, creo que por un circulo vicioso en el que domina la desconfianza. Si no tienes algo más tangible para mí, no confío mucho en tus intenciones. Tengo una pregunta para tí: si la persona es tremendamente receptiva a nuestros favores, pero no corresponde -ni con amor-, ¿debemos seguir poniendo la mejilla (y la billetera, de paso)?