domingo, octubre 22, 2006

A una amistad que se acaba

“No has entendido nada” Eso lo he dicho yo, y tú me miras enfadada, esperando que te aclare algo más. Pero se ha pasado el momento de las discusiones. Hace tiempo que no nos entendemos. Nos conocemos hace años, años de caminar juntas, viendo el mismo paisaje, caminando en la misma dirección, compartiendo horizonte, sueños y objetivos. De un tiempo a esta parte eso ha cambiado. Primero parecía que cuando hablábamos cada una mirara en una dirección, y no llegase bien el sonido. O viésemos distintas montañas, y cada una comentase la suya, sin entender que mirábamos hacia distinto lado. Después debimos cambiar de ritmo, pero seguíamos cogidas de la mano. Eso hacía que tú tirases de mi, cuando yo necesitaba descansar, o que yo te arrastrase, cuando tú estabas disfrutando de una puesta de sol... que yo no veía. Aún así procurábamos caminar juntas, a pesar de los roces, de las discusiones, de las distintas formas de interpretar la realidad, de la diferencia de opiniones y de caracteres. Pero ya no ha sido posible más. El jueves nos soltamos la mano. Y cada una escogió una bifurcación del camino. Fue doloroso elegir, como todas las rupturas, suponía dejar muchas cosas atrás. Fue violento, difícil de explicar... pero fue. Ahora caminamos cada una hacia nuestro destino, nuestras sendas se alejan deprisa, con la precipitación de lo que debió hacerse hace mucho tiempo. Y las dos avanzamos sin mirar atrás, cada una contemplando un nuevo mundo, aún dolidas por la separación. Puede que en el futuro nuestros caminos vuelvan a cruzarse, puede que compartamos algunos pasos, o incluso que caminemos juntas de nuevo, quién sabe. Ahora, lo más razonable, es seguir andando, no parar, no sea que decidamos torcer nuestro rumbo para encontrarnos de nuevo... y nunca nos lo perdonemos. “No has entendido nada”, repito.
Porque tú aún piensas que caminamos cogidas de la mano, y yo hace tiempo que noté que nos separábamos.

4 comentarios:

Alfredo J. Liebana Rado dijo...

Bonita perla. Ojalá "amistad acabada" pueda conservar tu carta. O al menos leerla. Quizá un día comprenda. O no, pero por lo menos, que permanezca el recuerdo agradable. Todos sabemos que la vida es una sucesión de cambios, y hay que aceptarlo, nos acostumbramos a las ausencias. Pero olvidar es horroroso. Me resisto a cerrar puertas, lo he hecho, pero nunca entorno la llave, quién sabe. Curiosamente, hace relativamente poco, he reiniciado una amistad. Tras años sin apenas dirigirnos la palabra, hemos sentado las bases de una nueva relación, menos implicada, más tolerante,... ¡Ha habido tanto dolor por ambas partes! Una vez superadas las diferencias, ha aflorado el poso de afecto que, nos guste reconocerlo o no, manteníamos. ¡Suerte!

PEPE LE MOKO

Noviembre todavía dijo...

Ahí estamos, pepe, gracias por el tiempo que me dedicas

Anónimo dijo...

te entiendo perfectamente, aunke odio de todo corazon hacerlo....

Anónimo dijo...

... :S quizás se vuelvan a cruzar los caminos y dar algunos pasos, no quiero pasos, me resisto, pero la apatía de seguir hombro a hombro, es limón en las heridas, como dice la canción: "ya está todo dicho, cada uno en su camino, cada uno en su lugar..." Y sí hacía mucho que nos habíamos soltado de las manos, ahora me da la espalda para ir lejos, por su camino. Qué mal tan grande hizo acaso yo? romper estereotipos de amistad, romper ilusiones, ese fue mi daño? ... Ahora recibo repudio. me hubiera gustado que nos hubiéramos conocido en otro tiempo tal vez, en otras condiciones mejor...